miércoles, 22 de septiembre de 2010
Sinceramente
Sinceramente, la juventud es nuestro lema en esta sociedad, pero qué tipo de juventud es el que quiere desarrollar esta sociedad: el individualista, competitivo, sin sentido del humor, ni capacidad de decisión, que engrane en la máquina que han montado unos cuantos poderosos y que han comprado a nuestros representantes del Estado.
La crisis actual es impresionante, pues es como querer exprimir y aprovechar el máximo de la energía juvenil que necesita mas actividades de dispersión y de aprovechamiento de su creatividad pero como no hay tantos espacios para ese autoconocimiento, es más fácil encajar en el patrón que ha desarrollado esta sociedad de súper exitismo en el cual tenemos que ser guays y modernos o posmodernos.
Por otro lado, tenemos las circunstancias y consecuencias de la historia que dan ganas de llorar eternamente. De estudiar y vivir las consecuencias de las revoluciones obreras para ganar ciertos derechos sociales y humanos y ver que de pronto, unos dioses dicen nos hemos equivocado haciéndoles creer que podían jugar a ser seres humanos dignos y tenemos que cortar los beneficios sociales, este grupo de ladrones institucionalizados y autorizados por cuatro organismos arbitrariamente: esta es nuestra democracia.
Con el avance del tiempo, de las agujas del reloj y las vueltas de nuestra casa y este planeta, vas incorporando en la estructuración de tu raciocinio y emoción que vivimos exactamente como lo hacían en la edad media y que el humanismo intentó rescatar algunas cosas que nos podrían haber hecho disfrutar de un mundo más vivible, pero que lamentablemente la ambición de poder que tienen algunas personas emborrachadas de tanatos y no del eros que nos dejó Freud, entre algunos conceptos fundamentales para comprender como somos.
Lo importante sería lograr una formación emocional que nos permita reconocer las pulsiones eros/tanatos y lograr el equilibrio que nos permita alcanzar un parámetro de armonía y un indicador de humanidad real en nuestra existencia.
20 de julio 2010
La crisis actual es impresionante, pues es como querer exprimir y aprovechar el máximo de la energía juvenil que necesita mas actividades de dispersión y de aprovechamiento de su creatividad pero como no hay tantos espacios para ese autoconocimiento, es más fácil encajar en el patrón que ha desarrollado esta sociedad de súper exitismo en el cual tenemos que ser guays y modernos o posmodernos.
Por otro lado, tenemos las circunstancias y consecuencias de la historia que dan ganas de llorar eternamente. De estudiar y vivir las consecuencias de las revoluciones obreras para ganar ciertos derechos sociales y humanos y ver que de pronto, unos dioses dicen nos hemos equivocado haciéndoles creer que podían jugar a ser seres humanos dignos y tenemos que cortar los beneficios sociales, este grupo de ladrones institucionalizados y autorizados por cuatro organismos arbitrariamente: esta es nuestra democracia.
Con el avance del tiempo, de las agujas del reloj y las vueltas de nuestra casa y este planeta, vas incorporando en la estructuración de tu raciocinio y emoción que vivimos exactamente como lo hacían en la edad media y que el humanismo intentó rescatar algunas cosas que nos podrían haber hecho disfrutar de un mundo más vivible, pero que lamentablemente la ambición de poder que tienen algunas personas emborrachadas de tanatos y no del eros que nos dejó Freud, entre algunos conceptos fundamentales para comprender como somos.
Lo importante sería lograr una formación emocional que nos permita reconocer las pulsiones eros/tanatos y lograr el equilibrio que nos permita alcanzar un parámetro de armonía y un indicador de humanidad real en nuestra existencia.
20 de julio 2010
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